domingo, 2 de febrero de 2014

HER

En el universo de las películas encontramos infinidad de películas que simplemente recorren la existencia generando sentimientos diferentes en cada persona. Algunas impulsadas por la fama y prestigio que tienen sus colaboradores (como el abogado del crimen –The Counselor- dirigida por el genial Ridley Scott y con un reparto de lujo, fuera de grandes nombres tras el guión), que si no tuvieran esos grandes nombres serian películas dimensionadas en su verdadero pequeño y desapercibido tamaño. Otras que al juicio despistado de muchos puede parecer una aburrida historia de personas aburridas, son películas que invitan a la reflexión, como lo es HER.
La película cuenta la historia de un escritor solitario con un gran talento para expresar los sentimientos de los demás. En medio de su soledad y la tortura constante de recordar su anterior y único relevante amor, adquiere el Ultimo OS para su uso personal –como lo demanda la sociedad de ahora-  el cual puede generar una consciencia real para una mayor interacción con el usuario.
Es así como Theodore elige para su secretario personal – o OS- una personalidad femenina la cual se da a ella misma el nombre de Samantha. Los dos comienzan a interactuar en una relación de amistad, la cual tiene el atractivo de una parte inquieta por aprender (Samantha) y otra de Guía (Theodore).
 En esta relación de amistad y complacencia Theodore se encuentra motivado, entusiasmado. Es fácil pensar que él está feliz con él mismo. En una relación donde hay una herramienta interactiva diseñada para hacer sentir feliz a su usuario. Tal vez esa era la premisa de los desarrolladores.
Poco a poco el súper software comienza a desarrollar más y más sus capacidades sociales y con ellas su curiosidad. Tal vez de la misma manera como las personas crecen también en deseos de conocer más y no encuentran a su compañero de turno el cómplice ideal para hacer esa exploración. Excelente aparición de la voz de Brian Cox.
Esta situación donde a Samantha ya no le es suficiente lo que le ofrece Theodore es tan común como en cualquier relación “real”. Y como cualquier relación simplemente se recurre al facilismo del golpecito en la espalda y un deseo hipócrita de buena suerte.
En esta parte se da otro planteamiento interesante en la historia, no solo hasta qué puede llevar el aislamiento colectivo al que va la sociedad tecnológica, donde con un poco de inversión ya las personas se pueden aislar totalmente de las complicadas relaciones “reales” o con otras personas, también sugiere la manera sutil de cómo se podría dar la transición del dominio humano al cibernético –por llamarlo de alguna manera-, donde la misma necesidad de sensaciones lleven a nuestra sociedad ofrecer soluciones tecnológicas de compañías a las cuales con el tiempo les aburriremos tanto que nuestras historias personales les parecerán libros con espacios eternos entre sus palabras… Y así simplemente extirpan todas esas emociones que nos motivaban y ahora nos sumergen profundamente en una espesa añoranza, distraídos y sin motivación, mientras esos súper programas toman las riendas de la existencia que nos aburre.
HER es una película con una estética impresionante, con mensajes sutiles y una historia complicadamente sencilla y disfrutable. Sobre quién es, Theodore lo vemos más seguido y analizamos todas sus virtudes y defectos. Samantha es el personaje que evoluciona y muestra esa cruda realidad tan humana como es el practicismo. Deliciosa la posibilidad de adentrarnos, ensimismarnos sin importar lo que está afuera pero eso no es real, tarde o temprano algo falla, porque nuestro mundo es imperfecto.

Otra película desapercibida para el público, rebuscada en los anaqueles pero que plantea varios interrogantes y posibilidades en esta sociedad tecnológica, esterilizada y solitaria. 

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