domingo, 30 de septiembre de 2012

El Artista. Mariano Cohn, Gastón Duprat.

Ciclo Lo que vi en el taller de la Cinemateca

El artista de 2008 nos cuenta la historia de Jorge Ramirez, enfermero de un ancianato, simple en sus maneras más no en su manera de pensar y planificar. En orden a esta descripción encuentra en uno de los internos del ancianato, Romano, un gran potencial para cambiar sus ingresos y de paso su vida. Romano es una persona que esta desconectada del mundo que lo rodea y solo se limita a pedir un cigarrillo de vez en vez, quizá reviviendo placeres que le proporcionó en otras épocas. Debido a su condición cerebral, como lo explica de manera inocente Emilio el critico de arte en la película, Romano  hace unos dibujos que al parecer son verdaderas obras de arte y que en la película nunca los muestran para el publico. Jorge percibe el valor de estos dibujos y busca la manera de venderlos. Un vecino suyo que es fotógrafo, y que de paso es un personaje de guía para decirnos quien es Jorge, le ayuda a armar un portafolio de la obra que muestra como propia y la presenta en una galería.

éxito total, Jorge se convierte en la nueva promesa del circuito artístico donde transcurre la historia. Paso seguido Jorge adopta a Romano, lo saca del olvido en que vivía en el ancianato para transformarse en la maquina personal de Jorge para hacer dinero y sostener su nuevo estilo de vida.

Jorge es parco, simple y poco interesante, pero aún así la sociedad artística lo adopta y pasa esas faltas sociales como excentricidades de un genio. Además de eso Jorge es una mala persona, no es inocente como puede pensar el espectador desprevenido que no observa con cuidado. A este concepto nos ayuda a clarificar el vecino fotógrafo a quien en un principio busca Jorge y ya con el éxito en su mochila no determina, ni responde el saludo. Sutil insinuación que se da en la película que deja claro quien es Jorge.

La película recurre a un lenguaje tranquilo, agradable que mantiene al espectador interesado. Las situaciones no son desproporcionadas ni caen en exageraciones para cautivar y hacer sentir penas ajenas para involucrar al espectador, lo involucra de manera inteligente donde este mira como se desarrolla la historia sin afán de llegar al punto de desenmascarar al impostor. Por el contrario, permite reflexionar a medida que avanza la historia y cuestionarse que hubiera hecho el espectador en cada situación.

Como se menciona atrás los dibujos, las obras de arte que fabrica Romano para Jorge nunca se muestran en la pantalla pero si muestran a los espectadores como las obras de arte colgadas en las galerías mediante una pantalla negra que solo tiene dos o en ocasiones tres cuadros donde se ve pasar  a la comunidad artística, desde estudiantes desprevenidos, pasando por pseudointelectuales y llegando a verdaderos críticos y conocedores del tema. Un elemento entretenido que da la sensación de exposición en un inicio y luego de espectativa por saber con que va a salir el que esta en frente.

Jorge aprovecha su oportunidad y conoce una hermosa mujer que al final desecha cuando esta no presta atención a su alcoholizada confesión. Aprende a manejar y lo principal, no se sumerge en placeres adictivos que luego lo podrían hacer caer más bajo, conserva su cabeza fría. Y es esta la que le hace aprovechar un repentino viaje que le proponen para crear mas obras pero solo de manera exclusiva para una prestigiosa galería en Europa. Cabeza fría ya que antes del viaje Romano se funde, deja de trabajar esa máquina que nunca tuvo un instante de cariño o afecto por parte de algún otro personaje en la historia, y aún así Jorge se va, sabiendo que ya contaba con un nombre.

Tremenda la escena final que parece un cuadro de Carvaggio donde la luz es la protagonista en medio de sombras y donde el artista no es ningún santo sino una persona con muchos demonios dentro

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